Apostamos por esta marca de instrumentos realmente interesante. Pese a ser una marca bastante nueva, en muy poco tiempo se ha convertido en clásica y ha logrado una aceptación más que importante dentro del mercado. Para averiguar el por qué de dicho éxito debemos tener en cuenta que todos los diseños son tremendamente clásicos hasta el último detalle, con una más que notable atención a la calidad de cada componente y cada paso del proceso de construcción, así como al hecho de que han hecho un esfuerzo importante por mantener el máximo sonido y aspecto vintage pero en un instrumento ideado en Alemania y donde elementos como los puentes, clavijeros, pastillas y trastes son del más alto nivel.
El resultado son instrumentos que se han colado por derecho propio junto a los más vintage donde hasta los músicos más puristas los han aceptado. Al fin y al cabo es una maravilla poder tener en las manos un bajo que ofrece ese sonido clásico de décadas pasadas pero sin los problemas asociados de afinación, mala octavación, sonido pobre y sin garra, etc.
Este es el modelo Starplayer Bass, sin duda el más exitoso de la marca. En este caso está acabado en Orange, dejando ver la tapa de la veta. Se trata de un modelo de escala corta, pero aquí empiezan las diferencias con los modelos de los 60 y 70. La mayoría de bajos de escala corta tienen el encanto de ser fáciles de tocar, pero lo cierto es que el sonido suele dejar bastante que desear al faltarle la pegada necesaria para hacer la función de bajo en la banda, eso por no hablar de problemas serios de octavación, trasteo, etc. Pues bien, podemos afirmar que este es uno de los pocos bajos de escala corta que hemos probado donde el sonido es a la vez clásico y potente. Funciona igualmente bien para tocar de modo delicado con los dedos como para usar la púa y un buen overdrive de bajo. Todas las frecuencias fundamentales del bajo están aquí, con unos graves produndos, unos medios muy bien definidos y unos agudos suaves pero presentes.
Los controles son sencillos: Dos volúmenes, un Tono general y un Kill Switch. Este resulta de lo más práctico para mutear el bajo entre canción y canción y para no tener que tocar los Volúmenes del bajo.
El clavijero de tamaño pequeño recuerda al de otros bajos clásicos alemanes, pero en este caso no tienes problemas usando las cuerdas que quieras y no hay riesgo de partir la pieza al usar una cuerda Mi gruesa.
Lo cierto es que toda la parte mecánica del bajo (clavijeros, puente, potenciómetros) funcionan con una suavidad increíble.
Si bien los primeros instrumentos Duesenberg se construían en Corea y se revisaban en Alemania, en la actualidad todo el proceso de construcción se realiza en su taller de Hannover, garantizando así el control total de calidad.