He aquí un nuevo bajo que sin embargo debe mucho al pasado de Warwick, concretamente a la firma Framus, propiedad del padre del gerente de Warwick, y que en su día ya produjo el Starbass original que puedes ver aquí.
Con este modelo Warwick ha pretendido rendir tributo a aquel modelo tan carismático, pero construyéndolo según los estándares actuales de calidad y eficacia por los que Warwick son famosos.
Sin duda, el Starbass II es uno de los Warwick más especiales del catálogo de la firma alemana, y también uno que se aleja en cierto modo del concepto original de esta marca, acercándose mucho más a bajos de caja emblemáticos de los 60. La verdad es que esta mezcla de inspiración clásica y construcción moderna nos ha encantado, ya que en muchas ocasiones los bajos de caja, pese a tener un carácter y personalidad preciosos, dejan bastante que desear en cuanto a posibilidades de ajuste, afinación, etc. Con el Starbass II de Warwick tienes lo mejor de los dos mundos, sin duda.
De fábrica viene con cuerdas entorchadas normales, pero realmente merece la pena probar un juego de cuerdas lisas, ya que a nuestro juico consiguen sacar el verdadero sonido de este instrumento.
Tanto la tapa como la trasera del bajo están hechos a partir de arce flameado (sólo tienes que ver la preciosa veta). El clásico mástil de Ovangkol no está atornillado, sino encolado, exactamente como el Framus original, ya que este tipo de construcción es en buena medida responsable del tipo de sonido cálido y dulce.
Las pastillas tampoco son estándar, ya que se trataba de conseguir un sonido muy determinado, de modo que Warwick ha desarrollado estas MEC CRB pasivas de bobinado simple que entregan un sonido cálido pero sin el zumbido habitual de las pastillas de ese tipo.
Buena prueba de que este bajo ha combinado a la perfección lo mejor de la vieja escuela y de la moderna construcción es el hecho de que se han mantenido los controles habituales de 2 volúmenes, 2 tonos y selector de pastillas de 3 posiciones, montados en torno a la "F" inferior, pero con acceso a los controles desde atrás, algo que agradecerás (y mucho) si tienes que revisar el cableado o sustituir un potenciómetro en el futuro. ¡Bravo!
El diapasón de wengé lleva 21 trastes, algo fundamental para conseguir ese sonido cálido y en onda vintage que sería casi imposible de obtener con 24 trastes.
Si te estás preguntando para qué tipo de música puedes usar este bajo, te advertimos de que puede dar mucho juego en una enorme variedad de estilos, desde el pop sesentero más tradicional, pasando por estilos acústicos e incluso puedes animarte a tocar en la onda de Carles Benavent, en cuyo caso te recomendamos probar el sonido de la pastilla del mástil tocando con púa. Irresistible...
Otros bajistas que han usado este tipo de bajo semiacústico son Justin Meldal-Jonhsen (Beck, Nine Inch Nails, etc.), Peter Hook (New Order) y Miguel de Lucas de The Sunday Drivers
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