Sin duda, el apellido Tobias es uno de los más reconocidos en el mundo del bajo en las últimas décadas. Michael Tobias se ganó a pulso la reputación como uno de los mejores luthiers del mundo. Sus señas de identidad siempre fueron:
- innovadores diseños con mástiles asimétricos.
- una gran maestría a la hora de combinar distintas maderas para lograr un resultado perfecto
- uso exclusivo de los mejores materiales disponibles en cuanto a electrónica y herrajes.
Desde siempre, Tobias ha mantenido que para lograr un sonido excelente, se deben aplicar siempre principios acústicos a la hora de construir un bajo eléctrico. La combinación de unas u otras maderas dará como resultado un determinado sonido, y de ningún modo la electrónica va a resolver lo que acústicamente no funciona.
Michael Tobias vendió su compañía a Gibson el 1 de enero de 1990, pero siguió colaborando con ellos durante 4 años, para luego seguir su camino como MTD guitars (Michael Tobias Design).
Este modelo es un Killer B, uno de los más populares de la marca.
El pequeño cuerpo de dos piezas de caoba y el largo cuerno superior hacen que el bajo caiga en una posición comodísima. El mástil de 5 piezas (arce con tiras de "purpelheart") lleva un alma de doble sentido y tiene además un perfil asimétrico que hace que sea cómodo tanto en las primeras posiciones, como en los últimos trastes.
Las pastillas y la electrónica son Bartolini USA. Michael Tobias siempre ha tenido preferencia por esta marca por ser una de las más transparentes en cuanto al sonido, ya que permiten recoger lo que está ocurriendo acústicamente en el bajo cuando se toca. El circuito (conmutable activo/pasivo) tiene 3 bandas de ecualización, y un miniswitch de 3 posiciones se encarga de seleccionar la frecuencia de medios.
El uso de dos pilas de 9 Voltios permiten alimentar el circuito con suficiente corriente para que nunca se produzca saturación.
Este bajo tiene una definición excelente en todos sus registros, y la flexibilidad del circuito permiten sacar desde un sonido de slap moderno y compacto hasta un sonido estilo Jaco que invita a tocar semicorcheas y armónicos (que, por cierto, salen genial). Las pastillas Bartolini curvadas siguen el radio de la curvatura del mástil (ver foto), para lograr un equilibrio de volumen de cuerda a cuerda perfecto.