Aparte de la línea de bajos Lakland ya conocida desde los años 90 (pastillas Bartolini simple + Musicman y previo activo), estos genios de Chicago también han creado una serie mucho más tradicional.
Esta línea incluye los modelos signature Darryl Jones, Bob Glaub, Jerry Scheff y Joe Osborn.
Todos estos bajos han sido creado trabajando en equipo con estos bajistas, escuchando atentamente sus sugerencias y tomando siempre como referencia uno de los bajos que han usado en cientos de grabaciones y directos.
A la hora de crear este bajo, la idea de Lakland era simple: ofrecer un bajo con todo el carácter, sonido y espíritu clásico en un instrumento con algunas mejoras contemporáneas, como los refuerzos de grafito en el mástil, y unión del mástil al cuerpo mejorada.
Dos pastillas de bobinado simple Lindy Fralin se encargan de capturar todo ese sonido y carácter de los 60 (a diferencia de las pastillas Aero del Darryl Jones, que se acercan más al sonido de los ’70).
Por defecto, la electrónica es pasiva, pero si necesitas más flexibilidad se puede añadir un previo J-Retro sin ninguna modificación.
Quizás te preguntes qué tiene de interesante otra versión de un Jazz Bass en 5 cuerdas. Pues bien, la respuesta es:
1. Para empezar, este bajo mantiene todo el sonido clásico de un buen Jazz Bass de los 60, pero en formato de 5 cuerdas. Esto es obvio, pero resulta que en la práctica no es tan fácil; la mayoría de Jazz Bass de 5 (incluyendo algunos de la propia Fender) suenan demasiado modernos, y aunque tienen calidad, sencillamente no es lo que busca mucha gente. No se trata sólo de que la definición de la 5ª es excelente (gracias a la escala de 35”), sino que además todas las 5 cuerdas suenan a puro Jazz Bass clásico de la vieja escuela.
2. El JoBo5 (así es como le gusta llamarle a Dan Lakin) no tiene problemas de puntos muertos o notas fantasmas, gracias a las dos tiras de grafito usadas en el mástil y al puente de este bajo.
3. El peso es sorprendentemente bajo para un instrumento de estas dimensiones, lo cual facilita su uso en largas actuaciones o prolongadas sesiones de grabación.
4. El mástil tiene 22 trastes (esto es especialmente importante para quien encuentra el Marcus Miller ligeramente “tacaño”), y el perfil es increíblemente cómodo: una C suave en los primeros trastes, volviéndose más plano a medida que se va subiendo por el mástil. Es probablemente el mástil más cómodo si vienes de un Jazz Bass.
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